Arachnocampa Luminosa
English
Despite sounding like the name of a Harry Potter spell, Arachnocampa Luminosa is the scientific name of a species of gnat endemic to New Zealand, more commonly known as the “New Zealand glowworm.” During their larval stage, the gnats produce a blue-green bioluminescence to attract insects in dark and humid environments, which they summarily eat. Glowworms live in caves and on sheltered humid places; thus, a tall and narrow slot in the Wairoa River near Taoranga promised to be the perfect place to kayak and meet the glowworms face to face. After a hearty meal of fish and chips, and a lakeside picnic provided by the tour company, the salsa “Kiwi Divas” got in our kayaks and ahoy we went! The Tangaroa phase of the Moon, along with predictions for clear skies meant that we’d also have a chance to see many stars. We were not disappointed. “As above, so below . . .” The glowworms are magical. They appear to mirror the constellations in the night sky and their glow reflects off the calm river waters. The Milky Way was spectacular, and we were able to pick out the Large and Small Magellanic Clouds, irregular galaxies that accompany our own galaxy, but are only visible from the Southern Hemisphere. The Southern Cross, Alpha and Beta Centauri, the Coal Sack, Canopus, Sirius, Rehua, and Jupiter, were all glorious to behold.
Español
A pesar de sonar como el nombre de un hechizo de Harry Potter, Arachnocampa Luminosa es el nombre científico de una especie de mosquito endémico de Nueva Zelanda, más comúnmente conocida como la “luciérnaga de Nueva Zelanda”. Durante su etapa larval, los mosquitos producen una bioluminiscencia azul verdosa para atraer a los insectos en ambientes oscuros y húmedos, que comen rápidamente. Las luciérnagas viven en cuevas y en lugares húmedos protegidos. Por lo tanto, una ranura alta y estrecha en el río Wairoa, cerca de Tauranga, prometía ser el lugar perfecto para practicar kayak y encontrarse cara a cara con las luciérnagas. Después de una abundante comida de pescado y papas fritas, y un picnic junto al lago provisto por la compañía de turismo, la “Divas Kiwis” de la salsa nos subimos a nuestros kayaks y ¡a remar se ha dicho! La fase lunar de Tangaroa, junto con las predicciones de cielos despejados, significaron que también tendríamos la oportunidad de ver muchas estrellas. No terminamos decepcionadas. “Tanto arriba como abajo…”. Las luciérnagas son mágicas. Parecen reflejar las constelaciones en el cielo nocturno y su brillo se refleja en las tranquilas aguas del río. La Vía Láctea fue espectacular, y pudimos distinguir las Nubes de Magallanes Grandes y Pequeñas, galaxias irregulares que acompañan a nuestra propia galaxia, pero solo son visibles desde el hemisferio sur. La Cruz del Sur, Alfa y Beta Centauri, la nebulosa Saco de Carbón, Canopo, Sirio, Rehua y Júpiter, ofrecieron una vista gloriosa a sus espectadores.