Shocked Into Culture | Impacto cultural

English

Rachel Wolfgramm, my host in Aotearoa, is Māori and Tonga. In accordance with Polynesian protocol, Rachel’s whakapapa, or lineage, is recognized by explicitly acknowledging the names of her iwi and hapū (Māori tribes and sub-tribes) and other lands of origin in her ancestral background. Thus, Rachel always introduces herself as Te Aupouri, Ngāi Takoto, Whakatōhea, Ngāti Patumoana, and Vava’u Tonga. To academic professionals, Rachel is known as Dr. Wolfgramm, Associate Professor at the University of Auckland’s School of Business and Principal Investigator at the Center for Māori Research Excellence, Ngā Pae o te Māramatanga. Rachel is a wonderful host! She quickly figured out that I needed help—a crash course in all things Māori. Te reo Māori and learning the meaning of Māoritanga, Wānanga, Maramataka, Mauri Ora, Mihi Whakatau, Tangata Whenua, Pākehā, Manuhiri, Powhiri, Koha, Marae, Tatai Arorangi, and of course. . . Matariki. As I became increasingly immersed in the normalized, daily world of Māori, these words began to weave together with clarity to eventually unveil the relational world of their culture with deeper understanding.  But in the meantime, I needed a crash course. “Have you gone to the Museum?” — Rachel asked. “Here is a book on Marae protocol that you can borrow” — she gently cajoled. What a gracious and patient teacher she is! I owe my smooth experience during these two months to her attention to detail, the depth of her relationships, and the respect she has in her community at all levels: whanau (family), her professional academic networks, and the broader Māori community. Rachel's training has been multi-disciplinary, incorporating the fields of organization, consumption, leadership and economic theory and practice. One of her many research interests is “Economies of Wellbeing,” which are couched in the relationships that span beyond human beings into all living systems and into the realm of the stars, particularly Matariki. The first thing Rachel and I did together was to attend the departmental presentations by graduating doctoral students defending their dissertations. It was an honor to hear such exceptionally talented young people from diverse backgrounds—Polynesian, Pākehā (non-Māori New Zealanders of European descent), Asian, and European. Later that day, Rachel and I worked on an email that would serve as my introduction to her colleagues at Ngā Pae o te Māramatanga, as well as Auckland University of Technology, Waikato University, and beyond. These contacts would help inform our research on Matariki. From a Māori perspective, the conversations and experiences that would follow would form a whakapapa, or lineage, of learning and knowledge sharing. Rachel also shared with me several publications, such as her article: “Home: Resistance, Resilience, and Innovation” (Rachel Wolfgramm, et. al. 2018, in Traditional Ecological Knowledge: Learning from Indigenous Practices for Environmental Sustainability, edited by Melissa K. Nelson and Dan Schilling). A poem in the article indicates how Matariki plays a guiding role in Economies of Wellbeing:   

Matariki ahunga nui—season of bounteous harvest and plentiful food,

Matariki tapuapua—rains from above provide spiritual and physical refreshment and growth,

Matariki hunga nui—the community gathers to work cohesively for the common good “seeding, planting, sowing, harvesting, and replenishing the sources,”

Matariki kanohi iti—the little faces, the stars, of Matariki guide the way.

I would have to wait patiently for many weeks for Matariki to appear once again in the pre-dawn sky. She would shine in the East with her stellar children, re-emerging from her time of rest behind the Sun.

April.30.PNG

Español

Rachel Wolfgramm, mi anfitriona en Aotearoa, es maorí y tonga.
De acuerdo con el protocolo polinesio, el whakapapa o linaje de Rachel se presenta al reconocer explícitamente los nombres de sus iwi y hapū (tribus y sub-tribus maoríes) y otras tierras de origen en su antecedente ancestral. Por lo tanto, Rachel siempre se presenta como Te Aupouri, Ngāi Takoto, Whakatōhea, Ngāti Patumoana y Vava’u Tonga. Para los profesionales académicos, Rachel es conocida como la Dra. Wolfgramm, profesora de la Facultad Internacional de Negocios de la Universidad de Auckland e investigadora principal del Centro para la Excelencia en Investigación Maorí, Ngā Pae o te Māramatanga. ¡Rachel es una anfitriona maravillosa! Rápidamente descubrió que necesitaba ayuda, un “curso intensivo” en todo lo que tuviera que ver con la cultura maorí. Aprender lo básico del idioma maorí, también conocido como te reo, es indispensable, p. ej., el significado de wāoritanga, wānanga, maramataka, mauri ora, mihi whakatau, tangata whenua, pākehā, manuhiri, powhiri, koha, marae, tatai arorangi, y por supuesto… Matariki (las Pleyades). A medida que me sumergía cada vez más en el mundo cotidiano de los maoríes, estas palabras en te reo comenzaron a entrelazarse con claridad para finalmente revelar el mundo relacional de su cultura. Poco a poco adquiriría un entendimiento más profundo. Pero mientras tanto, necesitaba un curso intensivo. “¿Has ido al museo?”, preguntó Rachel. “Aquí hay un libro sobre el protocolo relacionado con marae que te puedo prestar”, ella persuadió gentilmente. ¡Qué maestra tan amable y paciente! Debo mi experiencia sin contratiempos durante estos dos meses a su atención a los detalles, la profundidad de sus relaciones y el respeto que le tiene su comunidad a todo nivel: whanau (familia), sus redes académicas profesionales y la comunidad maorí en general. La capacitación de Rachel ha sido multidisciplinaria, incorporando los campos de organización, consumo, liderazgo y teoría y práctica económica. Uno de sus muchos intereses de investigación es “Economías del Bienestar”, que se articula en las relaciones que se extienden más allá de los seres humanos en todos los sistemas vivos y en el reino de las estrellas, particularmente Matariki. Lo primero que Rachel y yo hicimos juntas fue asistir a las presentaciones departamentales por estudiantes graduados a nivel de doctorado que estaban defendiendo sus disertaciones. Fue un honor escuchar a jóvenes tan excepcionalmente talentosos de diversos orígenes: polinesios, pākehā (neozelandeses no maoríes de ascendencia europea), asiáticos y europeos. Más tarde ese día, Rachel y yo trabajamos en un correo electrónico que serviría como mi presentación para sus colegas de Ngā Pae o te Māramatanga, así como de la Universidad Tecnológica de Auckland, la Universidad de Waikato y más.

 Estos contactos ayudarían a informar nuestra investigación sobre Matariki. Desde una perspectiva maorí, las conversaciones y experiencias subsecuentes formarían un whakapapa, o linaje, de aprendizaje e intercambio de conocimientos. Rachel también compartió conmigo varias publicaciones, tales como su artículo: “Home: Resistance, Resilience, and Innovation” [Hogar: Resistencia, resiliencia e innovación] (Rachel Wolfgramm, et. al. 2018, en Traditional Ecological Knowledge: Learning from Indigenous Practices for Environmental Sustainability [Conocimiento ecológico tradicional: Aprendiendo de las prácticas indígenas para la sostenibilidad ambiental], editado por Melissa K. Nelson y Dan Schilling). Un poema en el artículo indica cómo Matariki se utiliza como un eje y guía en Economías del Bienestar:

Matariki ahunga nui—temporada de abundante cosecha y comida,

Matariki tapuapua—lluvias de lo alto proveen un sentimiento reanimador y crecimiento espiritual y físico,

Matariki hunga nui—la comunidad se reúne para trabajar de manera coherente por el bien común: “sembrar, plantar, cosechar y reponer las fuentes”,

Matariki kanohi iti—los pequeños rostros, las estrellas de Matariki guían el camino.

 Con paciencia, esperaría muchas semanas para ver a Matariki una vez más en el cielo antes del amanecer. La estrella madre, Matariki, brillaría en el este con sus hijos e hijas en el cúmulo estelar, resurgiendo de su tiempo de descanso detrás del Sol.