Harvesting Kawakawa Leaves by the Maramataka | Cosechando hojas de Kawakawa de acuerdo al calendario lunar Maramataka

English

“Would you like a cup of tea?” was the welcoming phrase that Rachel and I heard from Arnatura Tao (Nga Puhi, Ngati Tuwharetoa, Ngati Awa), a young mother, teacher, graduate student, and expert on the Māori Lunar calendar, or Maramataka.  The hot infusion of dried kawakawa leaves had a slightly bitter, minty, and peppery taste. “It’s medicinal”—Arna explained. The fruit, bark, and leaves of the versatile kawakawa herb (piper excelsum) have been used traditionally by Māori to treat toothache (chewing the leaves), skin conditions (applying a poultice), stomach, kidney, and bladder conditions (boiling the leaves and drinking the tea), as well as an insect repellent or pesticide (burning the leaves). It is one of the most important healing herbs endemic to Aotearoa used by Māori. Arna mentioned that the leaves with holes are especially appreciated because they have the most concentrated medicinal properties. The bugs know best. They are the real experts. Arna explained that harvesting the leaves during full Moon also enhances the medicinal properties of kawakawa leaves. The relationship between lunar phases and planting, harvesting, fishing, and hunting—all the activities related to traditional Māori food systems—was the basis of the Maramataka, which means “moon rotating” in Te reo.  Arna’s work on the Maramataka spanned many years and was synthesized in a teaching curriculum that she uses with her students. She spread three beautiful posters of her own design on her pristine apartment’s carpeted floor. We pored over her Maramataka posters to learn the details of the traditional Māori lunar calendar. Each year of the lunar calendar has 354 days based on 12 monthly cycles of 29.5 days each. For some tribes, the lunar months begin and end when the moon is full, for others, when it’s new. The lunar calendar falls 11 days short of the solar calendar of approximately 365 days. To synchronize the calendars, Māori experts would add a thirteenth lunar month to the Maramataka every few years. The four seasons of the year and the appearance of important stars also play a part in the calendar. Each month is represented by a star or stars. For example, Pipiri (June-July) is ruled by the appearance of the two brightest stars in the constellation of Aries. During the time of Pipiri, Matariki rises heliacally. Each night of the lunar month has its own name. Whiro, the lord of darkness, is embodied in the new moon, the first night of the cycle, and Mutuwhenua is the last night of the cycle. Māori used their calendar as an important guide to plant and fish. Today, many traditional fishermen still use the Maramataka to plan their fishing expeditions to increase their catch on certain days, as described by the calendar. Today, weather reports on New Zealand’s Māori Television stations include traditional information on the lunar tides and when to fish or plant. The moon goes through a cycle of phases, from new to full and back to new. This is due to the position of the Moon as it revolves or orbits around the Earth. The Moon’s gravitational interaction with Earth also causes tides. The strongest effects are during new and full moon; the least during first and third quarter. Along with Māori, indigenous people throughout the world pay attention to the phases of the moon to carry out their agriculture, fishing, hunting, and gathering activities. Research conducted in Northwestern University, University of Vienna, and Institute for Biodynamic Research in Germany, among others, corroborate that: plants absorb more water during times of full and new moons; some plants, such as potatoes and carrots, absorb more oxygen at the time of the new moon, potentially because of changes in barometric pressure; the full moon is best for planting and harvesting leaf crops—increasing the amount of moonlight stimulates leaf growth. Traditional farmers in the western world also know about and consider the effects of lunar phases when conducting their agricultural activities. Large scale monoculture in the industrialized world has forgotten the connection between our food systems and the Moon. Māori and other indigenous knowledge holders throughout the world, however, still live by this precious knowledge for the benefit of their community.

Español

“¿Gustas una taza de té?” fue la frase de bienvenida que Rachel y yo escuchamos de Arnatura Tao (Nga Puhi, Ngati Tuwharetoa, Ngati Awa), una joven madre, maestra, estudiante graduada y experta en el calendario lunar maorí, o Maramataka. La infusión caliente de hojas secas de kawakawa tenía un sabor ligeramente amargo, mentolado y picante. “Es medicinal”, explicó Arna. La fruta, la corteza y las hojas de la versátil hierba kawakawa (piper excelsum) han sido utilizadas tradicionalmente por los maoríes para tratar el dolor de muelas (masticando las hojas), las afecciones de la piel (aplicando una cataplasma), el estómago, los riñones y la vejiga (hirviendo las hojas y bebiendo el té), así como un repelente de insectos o pesticida (quemando las hojas). Es una de las hierbas curativas más importantes endémicas de Aotearoa utilizadas por los maoríes. Arna mencionó que las hojas con agujeros son especialmente apreciadas porque tienen las propiedades medicinales más concentradas. Los insectos sí que saben. Ellos son los verdaderos expertos. Arna explicó que la cosecha de las hojas durante la Luna llena también mejora las propiedades medicinales de las hojas de kawakawa. La relación entre las fases lunares y la siembra, cosecha, pesca y caza, todas las actividades relacionadas con los sistemas alimentarios maoríes tradicionales, fue la base del Maramataka, que significa “rotación de la luna” en te reo. El trabajo de Arna en el Maramataka abarcó muchos años y se sintetizó en un plan de estudios de enseñanza que utiliza con sus alumnos. Extendió tres hermosos carteles de su propio diseño en el piso alfombrado de su impecable departamento. Estudiamos detenidamente sus carteles de Maramataka para conocer los detalles del tradicional calendario lunar maorí. Cada año del calendario lunar tiene 354 días basados en 12 ciclos mensuales de 29.5 días cada uno. Para algunas tribus, los meses lunares comienzan y terminan cuando la luna está llena, para otros, cuando es nueva. El calendario lunar se queda corto por 11 días comparado con el calendario solar de aproximadamente 365 días. Para sincronizar los calendarios, los expertos maoríes agregarían un decimotercer mes lunar al Maramataka cada cierto número de años. Las cuatro estaciones del año y la aparición de estrellas importantes también juegan un papel en el calendario. Cada mes está representado por una estrella o unas estrellas. Por ejemplo, Pipiri (junio-julio) se rige por la aparición de las dos estrellas más brillantes en la constelación de Aries. Durante el tiempo de Pipiri, Matariki sale helíacamente. Cada noche del mes lunar tiene su propio nombre. Whiro, el señor de la oscuridad, está encarnado en la luna nueva, la primera noche del ciclo, y Mutuwhenua es la última noche del ciclo. Los maoríes utilizaron su calendario como una guía importante para plantar y pescar. Hoy, muchos pescadores tradicionales todavía usan el Maramataka para planificar sus expediciones de pesca para aumentar su captura en ciertos días, como se describe en el calendario. Hoy, los informes meteorológicos en las estaciones de televisión maoríes de Nueva Zelanda incluyen información tradicional sobre las mareas lunares y cuándo pescar o plantar. La luna pasa por un ciclo de fases, de nueva a llena y de vuelta a nueva. Esto se debe a la posición de la Luna mientras gira u órbita alrededor de la Tierra. La interacción gravitacional de la Luna con la Tierra también causa mareas. Los efectos más fuertes son durante la luna nueva y la luna llena; los menos fuerte son durante el cuarto creciente y cuarto menguante Junto con los maoríes, los pueblos indígenas de todo el mundo prestan atención a las fases de la luna para llevar a cabo sus actividades agrícolas, de pesca, caza y cosecha. La investigación realizada en la Universidad Northwestern, la Universidad de Viena y el Instituto de Investigación Biodinámica en Alemania, entre otros, corroboran que: las plantas absorben más agua durante los períodos de lunas llenas y nuevas. Algunas plantas, como las papas y las zanahorias, absorben más oxígeno en el momento de la luna nueva, posiblemente debido a los cambios en la presión barométrica; la luna llena es mejor para plantar y cosechar cultivos de hojas; aumentar la cantidad de luz de la luna estimula el crecimiento de las hojas. Los agricultores tradicionales del mundo occidental también conocen y consideran los efectos de las fases lunares al realizar sus actividades agrícolas. El monocultivo a gran escala en el mundo industrializado ha olvidado la conexión entre nuestros sistemas alimentarios y la Luna. Sin embargo, los maoríes y otros poseedores de conocimiento indígena en todo el mundo aún viven de este conocimiento valioso para el beneficio de su comunidad.