Love, Light, Frequency | Amor, luz, frecuencia

English

Meeting Dr. Chellie Spiller (Ngāti Kahungunu) in Tamahere was one of the highlights during this week of intense learning. Chellie, Rachel, and I walked the ten-minute distance between our cottage and the Punnet Café—a little jewel of local foods, books, and gifts that were made available in comfortable spaces conducive to conversation. Chellie is a professor at the Management School of the Waikato University; an author, speaker, and trainer on the topics of wayfinding, wisdom, change, and authentic leadership. Her work is founded on the principles of traditional non-instrument navigation of her Polynesian ancestors. We found many common links between our work, since I had built a bilingual website (`ōlelo Hawai`i and English) for the Exploratorium on Polynesian Navigation in 2010 called “Nalo `ole” or “Never Lost.” We talked about how Polynesian navigators are effectively “never lost” while traveling for thousands of miles on open ocean since their system of wayfinding is based on always knowing how to get back home. We knew many people in common, Nainoa Thompson and the other pwo (master) Native Hawaiian navigators with whom I had collaborated closely to design my museum’s website. Our conversation focused on the revival of Polynesian navigation in the late 70s and our shared admiration of the late Mau Piailug, the Micronesian Master Navigator from the Carolinian island of Satawal, known for teaching the ancient art and science of non-instrument wayfinding. Chellie had met “Papa Mau” and she shared with me a phrase that Mau told her: “Love, Light, and Frequency.” This phrase became one of the organizing principles of my experience in Aotearoa. I internalized the meaning of Love as the foundation of lasting relationships; light as giver of clarity; and frequency as the catalyst of nature’s cycles and resonance. Rachel had shared with me Chellie’s Tedx Hastings St. talk “Wayfinding Leadership: Wisdom for Developing Potential,” which I had enjoyed in preparation for our meeting. Chellie’s vision is to “. . . create relational wellbeing and wealth across spiritual, environmental, social, cultural, and economic dimensions.” Her teachings foster the potential for transformative learning to enable people to find their identity and leadership within. She encourages us to tap into our deepest source of wisdom that resides at the beginning of time (Te Kore), allow it to travel through darkness (Te Pō), to finally be released into the world of light (Te Ao Mārama). Chellie acknowledged her colleagues and co-authors of her book “Wayfinding Leadership: Groundbreaking Wisdom for Developing Leaders.” They are John Panoho and Hoturoa Barclay-Kerr, the descendant of the Great Hoturoa, the ancestral Polynesian navigator who was at the helm of the Tainui iwi’s traditional canoe. To these three Māori cultural experts, true leadership is akin to the act of weaving the unique talents of a group, where the resulting whole is greater than the individual strands. Rangatira is composed of the Māori words ranga, or raranga (to weave) and tira (group). Her description of leadership as the act of stepping into one’s “Rangatira space” recalled in me the Maya word “Pop,” which means woven mat. At Copán in present-day Honduras—one of the most beautiful ancestral cities of the Maya dating back to the 5th to 9th centuries CE—stands a building called “Popol Naj” that is distinctly decorated with carvings of interwoven stone mimicking thread. Popol Naj means “council house,” where Maya chiefs would make important decisions while seated on a Pop, a sacred woven mat that signified the relational leadership between the rulers and the people. Chellie spoke of leadership as a space of tension and balance, which once again recalled the workings of the Maya backstrap loom that manages the tension of the warp threads with the subtle, precise, and balanced to-and-fro movements of the weaver’s waist. True leaders enter their Rangatira space with deep humility for service to their community. At times of chaos, it is a space for reflective inaction; a necessary pause to allow all the tohu, or signs, to manifest themselves into a coherent whole. For Māori, the period of about a month when the Pleiades star cluster hides in the glare of the Sun before the June solstice, also marks a pause in important agricultural activities; a time when their tohunga kōkōrangi (traditional astronomers) would enter their Rangatira space to observe Matariki rise. Exercising great responsibility for their community, they would make predictions for the bounty of the year based on the appearance of individual stars in the cluster. Ceremonies and community celebrations to herald a new yearly cycle would follow with love, light, and frequency.

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Español

Conocer a la Dra. Chellie Spiller (Ngāti Kahungunu) en Tamahere fue uno de los puntos sobresalientes durante esta semana de aprendizaje intenso. Chellie, Rachel y yo caminamos la distancia de diez minutos entre nuestra cabaña y el Punnet Café, una pequeña joya de comidas locales, libros y regalos que contaba con espacios cómodos para conversar. Chellie es profesora en la Escuela de Administración de la Universidad de Waikato; una autora, oradora y adiestradora sobre los temas de orientación, sabiduría, cambio y liderazgo auténtico. Su trabajo se basa en los principios de la navegación tradicional sin instrumentos de sus antepasados polinesios. Encontramos muchos vínculos comunes entre nuestro trabajo, ya que había creado un sitio web bilingüe (`ōlelo Hawai`i e inglés) para el Exploratorium sobre navegación polinesia en el 2010 llamado “Nalo `ole” o “Nunca a la deriva”. Hablamos sobre cómo los navegadores polinesios efectivamente “nunca están a la deriva” mientras viajan miles de millas en mar abierto, ya que su sistema de orientación se basa en saber siempre cómo volver a casa. Tenemos muchos conocidos en común: Nainoa Thompson y los otros dos navegantes nativos hawaianos o pwo (maestros) con los que había colaborado estrechamente para diseñar el sitio web de mi museo. Nuestra conversación se centró en el renacimiento de la navegación polinesia a fines de los años 70 y nuestra admiración compartida por el fallecido Mau Piailug, el navegante maestro micronesio de la isla Carolina de Satawal, conocido por enseñar el antiguo arte y la ciencia de la búsqueda de caminos sin instrumentos. Chellie había conocido a “Papa Mau” y ella compartió conmigo una frase que Mau le dijo: “Amor, luz y frecuencia”. Esta frase se convirtió en uno de los principios organizadores de mi experiencia en Aotearoa. Internalicé el significado del amor como la base de las relaciones duraderas; la luz como dadora de claridad; y la frecuencia como catalizador de los ciclos y la resonancia de la naturaleza. Rachel había compartido conmigo la charla que dio Chellie para Tedx Hastings St. titulada “Liderazgo de orientación: Sabiduría para desarrollar potencial”, que disfruté en preparación para nuestra reunión. La visión de Chellie es “…crear bienestar relacional y riqueza en dimensiones espirituales, ambientales, sociales, culturales y económicas”. Sus enseñanzas fomentan el potencial del aprendizaje transformador para permitir que las personas encuentren su identidad y liderazgo dentro de sí mismos. Ella nos anima a aprovechar nuestra fuente más profunda de sabiduría que reside en el principio de los tiempos (Te Kore), permitir que viaje a través de la oscuridad (Te Pō), para finalmente ser liberada en el mundo de la luz (Te Ao Mārama).

Chellie reconoció a sus colegas y coautores de su libro “Wayfinding Leadership: Groundbreaking Wisdom for Developing Leaders” [Liderazgo de orientación: Sabiduría innovadora para líderes en desarrollo]. Ellos son John Panoho y Hoturoa Barclay-Kerr, el descendiente del Gran Hoturoa, el navegante ancestral polinesio que estaba al timón de la canoa tradicional de Tainui iwi. Para estos tres expertos culturales maoríes, el verdadero liderazgo es similar al acto de tejer los talentos únicos de un grupo, donde el todo resultante es mayor que los hilos individuales. Rangatira se compone de las palabras maoríes ranga, o raranga (entretejer) y tira (grupo). Su descripción del liderazgo como el acto de entrar en el “espacio rangatira” de uno me recordó la palabra maya “pop”, que significa estera tejida. En Copán, en la actual Honduras, una de las ciudades ancestrales más bellas de los mayas que data de los siglos V al IX, se encuentra un edificio llamado “Popol Naj” que está claramente decorado con tallas de piedra entrelazada que imitan hilos. Popol Naj significa “casa del consejo”, donde los jefes mayas tomarían decisiones importantes mientras estaban sentados en una pop, una estera tejida sagrada que significaba el liderazgo relacional entre los gobernantes y la gente. Chellie habló del liderazgo como un espacio de tensión y equilibrio, que una vez más me recordó el funcionamiento del telar de cintura maya que maneja la tensión de los hilos de urdimbre con los movimientos sutiles, precisos y equilibrados de la cintura del tejedor. Los verdaderos líderes ingresan a su espacio rangatira con profunda humildad para servir a su comunidad. En tiempos de caos, es un espacio para la inacción reflexiva; una pausa necesaria para permitir que todos los tohu, o signos, se manifiesten en un todo coherente. Para los maoríes, el período de aproximadamente un mes cuando el cúmulo estelar de las Pléyades se esconde bajo el resplandor del Sol antes del solsticio de junio, también marca una pausa en importantes actividades agrícolas; un momento en que sus tohunga kōkōrangi (astrónomos tradicionales) entrarían en su espacio rangatira para observar la salida de Matariki. Ejerciendo una gran responsabilidad para su comunidad, harían predicciones respecto a la abundancia del año en función de la aparición de estrellas individuales en el cúmulo. Las ceremonias y celebraciones comunitarias para anunciar un nuevo ciclo anual seguirían con amor, luz y frecuencia.