Kiwi Cowboy | Vaquero kiwi
English
After a phone call to plan the week with Rachel Wolfgramm, which would include attending a “Living by the Stars” talk on Matariki by the Māori astronomer (tohunga kōkōrangi) Dr. Rangi Mātāmua (Tūhoe), I decided to drive west to see the Hyades, the belt of Orion, Puanga, and Sirius set behind Matariki right after sunset. I knew it would be too late to see the heliacal setting of Matariki and her children, since the cluster was already too close to the Sun, but at least I would see part of the Māori celestial canoe dip below the horizon. Later in the week, Professor Mātāmua would bring greater clarity to the relationships between these familiar stars and constellations and the Pleiades. After finishing my dinner at Orca’s, I drove back to Tamahere under the complete darkness of night, keeping very alert. I found a side road and stopped to observe the Milky Way. I stood there for a long while, and then a rancher approached in his pickup truck. I felt like I was in Texas and half expected to hear “Howdy Ma’am” when he opened his window and tipped his cowboy hat. Instead, a heavy kiwi accent asking me if I was lost shook me into reality. We enjoyed sharing our knowledge about the Southern Cross and went our separate ways.
Español
Después de una llamada telefónica para planear la semana con Rachel Wolfgramm, que incluiría asistir a la charla sore Matariki titulada “Living by the Stars (Viviendo de acuerdo con las estrellas)” por el astrónomo maorí (tohunga kōkōrangi) Dr. Rangi Mātāmua (tūhoe), decidí manejar hacia el oeste para ver las Híades, el cinturón de Orión, Puanga y Sirio ponerse detrás de Matariki justo después del atardecer. Sabía que sería demasiado tarde para ver la puesta helíaca de Matariki y sus hijos, ya que el cúmulo estaba demasiado cerca del Sol, pero al menos vería parte de la canoa celestial maorí caer por debajo del horizonte. Más adelante en la semana, el profesor Mātāmua proveería mayor claridad a las relaciones entre estas estrellas y constelaciones familiares y las Pléyades. Después de terminar mi cena en Orca's, manejé de regreso a Tamahere bajo la completa oscuridad de la noche, manteniéndome muy alerta. Encontré un camino lateral y me detuve para observar la Vía Láctea. Estuve allí por un largo rato, y luego un ranchero se acercó en su camioneta. Sentí que estaba en Texas y casi esperaba escuchar “Hola, seño” cuando abrió la ventana e inclinó la punta de su sombrero de vaquero. En cambio, un fuerte acento kiwi que me preguntaba si estaba perdida me trajo a la realidad. Disfrutamos nuestra presencia compartida y nuestro conocimiento sobre la Cruz del Sur y tomamos caminos separados.